Por GONZALO SOLANO

QUITO (AP) — Casi dos años después de la desaparición y muerte de cuatro adolescentes en una ciudad del suroeste de Ecuador, el proceso judicial contra un grupo de militares por ese caso entraba el martes en la recta final.

Se esperan los últimos testimonios de tres militares y pruebas de descargo de los acusados, tras lo cual el Tribunal Penal entraría en deliberación en un proceso judicial conocido como “Las Malvinas”, en alusión a la zona donde vivían las víctimas.

Durante las audiencias judiciales, que iniciaron hace casi un mes, la Fiscalía presentó testigos y pruebas que incriminan supuestamente a los uniformados, mientras que los 17 militares ofrecieron versiones contradictorias, unos negaron que los menores hayan sido agredidos y otros detallaron pormenores de actos de violencia, tortura y amenazas.

El caso inició en diciembre de 2023, cuando los hermanos Ismael y Josué Arroyo, de 15 y 14 años, sus amigos, Saúl Arboleda de 14 y Steven Medina de 11 años salieron a jugar fútbol en un barrio del sur de la ciudad portuaria de Guayaquil, pero no regresaron a casa.

Imágenes captadas en videocámaras de seguridad mostraron a dos patrullas militares de la fuerza aérea que los interceptaron y subieron a la fuerza a dos camionetas. Los uniformados argumentaron que recibieron una alerta por robo en el sector, pero la Fiscalía ha negado que los menores hayan estado involucrados.

La captura de los cuatro adolescentes ocurrió en medio de la declaratoria de conflicto armado interno por parte del gobierno del presidente Daniel Noboa a inicios de enero de 2024 cuando movilizó un bloque de seguridad integrado por policías y militares en operativos para combatir al crimen organizado.

Los militares han sostenido que los menores fueron abandonados horas más tarde del apresamiento en una zona rural de difícil acceso. Luego de 23 días desaparecidos , los restos calcinados de los menores fueron hallados cerca de una base militar en las afueras de Guayaquil. Los uniformados aseguran que los liberaron “vivos”.

Lo que sucedió mientras los cuatro menores estuvieron bajo custodia de los militares se reveló durante la audiencia de juicio.

A través de peritajes y unos 100 testigos, la Fiscalía mostró que los adolescentes fueron víctima de golpes en la cabeza, patadas, insultos y malos tratos, según el relato de un perito policial. Acostados boca abajo y contra el suelo recibieron puñetazos en la cabeza, a uno se le aplicó una llave y oro fue lanzado desde el vehículo al suelo, agregó.

También fueron obligados a desnudarse, mientras su ropa fue lanzada en la vía. Uno de los militares disparó cerca del más pequeño y fueron intimidados por un militar que les dijo que llegaron “al lugar donde van a morir”, de acuerdo con el relato.

El caso puso a Ecuador en el foco de organismos internacionales como el Comité de Desapariciones Forzadas de las Naciones Unidas que expresó su preocupación por la falta de información en el caso.