Carreteras dañadas y escombros ralentizan labores de ayuda tras las letales inundaciones en Asia
Por BINSAR BAKKARA y NINIEK KARMINI
ACEH TAMIANG, Indonesia (AP) — Los equipos de emergencias trabajaban contrarreloj el viernes tras las catastróficas inundaciones y deslizamientos de tierra que la semana pasada azotaron partes de Asia y se cobraron la vida de más de 1.500 personas. Las operaciones de socorro estaban en marcha, pero la magnitud de las necesidades supera la capacidad de los rescatistas.
Las autoridades confirmaron la muerte de 867 personas en Indonesia, 486 en Sri Lanka y 185 en Tailandia, además de otras tres en Malasia.
Muchas aldeas en Indonesia y Sri Lanka siguen enterradas bajo el lodo y los escombros, con casi 900 desaparecidos en ambos países. Las labores de recuperación están más avanzadas en Tailandia y Malasia.
A medida que las aguas retroceden, los sobrevivientes descubren que el desastre ha inutilizado las vías de subsistencia de sus aldeas. Las carreteras que antes conectaban las ciudades y distritos con el mundo exterior están cortadas, y algunas zonas son accesibles solo en helicóptero. Las torres de transmisión colapsaron debido a los deslaves, sumiendo a comunidades enteras en la oscuridad y causando cortes en el acceso a internet.
En Aceh Tamiang, la zona más afectada de la provincia indonesia de Aceh, la infraestructura está en ruinas. Aldeas enteras en el distrito de colinas exuberantes están enterradas en una espesa capa de lodo. Más de 260.000 residentes huyeron de unos hogares que alguna vez estuvieron en tierras de cultivo verdes.
Con los pozos contaminados y las tuberías destrozadas, las crecidas han convertido las necesidades en lujos. La comida escasea y el hedor de la descomposición se nota en el aire.
Los helicópteros comenzaron a movilizarse para lanzar alimentos, medicinas y mantas en puntos aislados de Aceh Tamiang, donde el agua potable, el saneamiento y la vivienda encabezan la lista de prioridades urgentes. Para muchos, la supervivencia depende de la rapidez con la que llegue la ayuda.
Los camiones que transportan suministros de primera necesidad avanzan lentamente por las carreteras que conectan la ciudad de Medan, en Sumatra del Norte, con Aceh Tamiang, que reabrieron casi una semana después del desastre, pero la distribución se ralentiza por los escombros en las vías, señaló el portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres, Abdul Muhari.
Los reportes en televisión mostraron una devastación generalizada en Aceh Tamiang después de que las inundaciones repentinas arrasaran la zona, con autos volcados y casas gravemente dañadas. Los cadáveres de animales estaban esparcidos entre los escombros.
Dos hospitales y 15 centros de salud comunitarios siguen cerrados. Los equipos médicos improvisan en refugios abarrotados, luchando contra la escasez de fármacos y personal mientras las enfermedades transmitidas por el agua acechan.
En un puente maltrecho que cruza el desbordado río Tamiang, las familias se aferran a la supervivencia bajo lonas improvisadas. Los niños tiemblan vestidos con prendas húmedas. Una de las sobrevivientes, Vira, rompió a llorar: “No nos queda nada”, dijo.
“Bebimos agua de la inundación de botellas desechadas y rebuscamos entre los restos… lo que sea que la corriente nos trajera”, agregó Vira, que usa un solo nombre, en una entrevista en televisión el jueves.
Otro residente, Angga, relató cómo él y 13 familiares y vecinos se agarraron al techo de hojalata de un edificio destrozado durante cuatro noches.
“Incluso ahora, ocho días después de que las inundaciones borraran nuestra aldea, no ha llegado ayuda, ni helicópteros, ni equipos de rescate”, contó. “No tuvimos más remedio que beber el mismo agua que destruyó nuestros hogares”.
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Karmini informó desde Yakarta, Indonesia. El periodista de Associated Press Krishan Francis en Colombo, Sri Lanka, contribuyó a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
